jueves, 5 de febrero de 2009

El intrincado cuento del desaparecido de la línea férrea

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Jueves 5 de febrero de 2009

 

 

Por Jorge Escalante / La Nación

 

Esposa contó una historia en Comisión Rettig y tres distintas a la justicia

 

El intrincado cuento del desaparecido de la línea férrea

Lidia Reyes, la cónyuge de Pedro Millas, dijo primero que huyó de un arresto, después que lo detuvieron en la calle por golpearla, luego que se fue de la casa por una riña y, por último, que se fue a otro lugar del país.

La historia de Pedro Millas Márquez, el nuevo desaparecido mal calificado, se parece a la de Germán Cofré Martínez, hasta ahora, el único real desaparecido que revivió desde Argentina a fines del año pasado, caminando por las calles de Santiago.

Revisando los expedientes que dan cuenta de la situación de Millas, quedan al descubierto al menos cuatro versiones distintas de las circunstancias en que se le perdió el rastro en la década de los años setenta. Y emergen con fuerza antecedentes que indican que el hombre simplemente un día se fue de su casa abandonando a su mujer, Lidia Reyes Millar, a la que golpeaba seguido en riñas del hogar.

Cuando en marzo de 1982 testigos hallaron el cuerpo de Millas al borde de la línea férrea, a la altura del kilómetro 504 en Laja, se abrió de oficio el proceso 3.699 del Juzgado de Laja.

La Subcomisaría de Carabineros de Laja informó que "no se logró hallar a familiares" suyos. Por ello, el 19 de marzo de 1982 fue sepultado en una fosa común del cementerio de esa localidad. Hasta hoy, allí se perdió todo rastro de su cuerpo y el proceso se sobreseyó.

El 28 de agosto de 1990, su esposa Lidia Reyes declaró ante la Comisión Rettig, dándolo por desaparecido después de que, relató, su casa fue allanada el 15 de diciembre de 1977 por Carabineros que lo "hostigaban por su participación en la Unidad Popular", entre ellos el funcionario policial Domingo Campos.

Lidia afirmó entonces que su marido alcanzó a huir antes del arresto. "Esta fue la última vez que lo vi, fijándome que los carabineros lo siguieron".

Seis días después de declarar ante la Rettig, la esposa interpuso una denuncia por la "presunta desgracia" de Pedro Millas ante el Juzgado del Crimen de Lautaro. Se instruyó la causa rol 37.542. Y aquí empiezan a surgir las piezas del puzzle que no calzan.

Lidia cambia la versión ante Rettig y en su denuncia sostiene que "en diciembre de 1977, recién dada de alta del hospital, me encontré con mi marido en la esquina y creí que nos iríamos juntos a casa. Pero comenzó a golpearme dejándome en el suelo inconsciente. Llegaron los carabineros y lo detuvieron, pertenecían a la dotación de Pillanlelbún. Supe que los carabineros lo habían muerto".

Luego, declarando en este proceso, el 16 de octubre de 1990 (según parte policial de Investigaciones Nº 645) Lidia entregó una tercera versión.

"Él (Pedro) me castigaba constantemente. Así, en 1980 después de un maltrato, mi cónyuge salió de la casa y desde esa fecha no lo volví a ver, me abandonó con mis dos hijos".

LA CUARTA VERSIÓN

Una cuarta versión, Lidia Reyes la entregó en el mismo proceso el mismo mes de octubre de 1990. Según un parte de Carabineros que la interrogó por orden del juzgado (orden Nº 1203) ella manifestó que no dio cuenta de su desaparición en años anteriores "porque estimé que Pedro me había abandonado definitivamente y se fue a otro lugar del país porque nuestras relaciones eran pésimas".

Otras dos versiones contradicen a Lidia Reyes. Su vecina, Fidelina Toledo, declaró en la investigación según el mismo parte policial Nº 1203 que, conversando con Lidia, "me contó que su marido la abandonó en 1978, era celoso y la golpeaba".

Una hermana de Pedro Millas, Clotilde del Carmen, desmiente a Lidia declarando en el mismo parte Nº 1203 que "mi hermano jamás se dedicó a la política, y se fue para no regresar por sus problemas conyugales, era muy celoso".

Cuatro versiones de la mujer, una ante la Comisión Rettig y tres en el proceso por presunta desgracia, más dos testimonios aportados en la misma causa hacen de este último caso conocido una enredada madeja.

Gobierno pide “no manosear tema como Piñera y Karla Rubilar”

El vocero de Gobierno (S), Neftalí Carabantes, llamó ayer a no “manosear” el tema de los detenidos desaparecidos, como lo hicieron semanas atrás el abanderado de la Alianza, Sebastián Piñera, y la diputada Karla Rubilar.

Reiteró que el caso Pedro Gonzalo Millas Márquez ya está aclarado y que el Gobierno seguirá adelante con los procedimientos actuales en la materia, investigando la veracidad de las denuncias sobre falsos detenidos desaparecidos o ejecutados políticos.

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